Tras una configuración improvisada debido a las circunstancias de la pandemia, el trabajo a distancia se consolida impulsado por la deslocalización del talento, esquemas de contratación más flexibles y la progresiva inclusión de mujeres que equilibran cada vez mejor la vida profesional y la personal.
El trabajo remoto se consolidó como el gran protagonista de la nueva normalidad en 2020. Desde las compañías más pequeñas hasta las más grandes tuvieron que adaptar sus modelos a equipos distribuidos. Lo que empezó como un experimento masivo forzado por las circunstancias, resultó siendo una solución donde todos ganan: una encuesta reciente de Enterprise Technology Research predice una productividad del doble en trabajo a distancia para 2021. Sus ventajas son tangibles y generan grandes oportunidades para las empresas y los trabajadores.
Agilidad para reinventarse
Más allá del inevitable desconcierto inicial, hoy queda claro que las empresas que salieron triunfantes de la pandemia fueron aquellas que instalaron a tiempo prácticas para acelerar los procesos: foco en los objetivos, estructuras que favorecen la toma de decisiones y equipos con roles claros y verificables a través de la tecnología.
Este tipo de respuesta corporativa supone una combinación de resiliencia y agilidad que ha sido fundamental para muchas compañías, tal como señala un estudio de McKinsey. La competitividad estará cada vez más del lado de aquellas organizaciones que diseñen sus planes a partir de datos, adoptando tecnologías que apoyen los nuevos modelos de trabajo colaborativos. El mundo de los negocios ya está respondiendo adecuadamente. Un reciente estudio de PWC revela que el 60% de los ejecutivos planean asignar mayores recursos a herramientas de colaboración virtual y entrenamiento de líderes para trabajar en esta modalidad.
Talento y flexibilidad
Luego de las incertidumbres del “año cero”, un horizonte con mayor oferta y demanda de trabajo a distancia parece cristalizarse tanto para empleados como para empleadores. Superadas las obvias restricciones relativas al espacio físico y a los desplazamientos, unos y otros han descubierto que al talento ya no le queda ninguna frontera geográfica.
Para muchas compañías, esto supone una doble ventaja. En primer lugar, la flexibilidad a la hora de administrar los recursos humanos asegura mayores posibilidades de éxito. De hecho, un estudio de Harvard Business School señala que las empresas con mayor competitividad serán aquellas que combinen empleados a tiempo completo con contratistas de tiempo parcial seleccionados por su habilidad para insertarse en proyectos específicos.
Por otro lado, el talento deslocalizado está permitiendo a muchas compañías la contratación de hombres y mujeres con perfiles precisos y habilidades muy definidas. Este fenómeno, conocido como la “uberización del talento” es inseparable del auge del remote learning (aprendizaje remoto) que en 2020 también ha mostrado constantes indicios de profesionalización y fortalecimiento.
Equipos y salarios en la nueva era
La capacidad para insertarse exitosamente en equipos de trabajo remotos está directamente ligada al desarrollo de habilidades digitales, competencias cada vez más fundamentales según detalla un análisis de Deloitte sobre cómo armar equipos en la era de la Inteligencia Artificial. El remote learning no sólo implica que las empresas entrenen a su fuerza laboral sino que se incorporen nuevas herramientas tecnológicas en la supervisión de procesos a un nivel gerencial. A su vez, muchos profesionales están (re)diseñando su futuro profesional a partir de las herramientas que cobraron popularidad con la remotización del trabajo.
La reconfiguración del trabajo a distancia también está impactando en el concepto de salario universal. Si antes el salario se definía casi exclusivamente en base a referencias locales, cada vez más se establece según pautas internacionales. Tal vez el valor promedio resulte un poco más bajo que los que se manejan en los países más desarrollados, pero permiten acceder a oportunidades transatlánticas en las mejores compañías. Según proyecciones de Freelancing in America Survey, para el 2027 un 50.9% de la población de los Estados Unidos trabajará freelance.
Diversidad con pulso femenino
Si el nuevo escenario del trabajo remoto ha posibilitado que las empresas se beneficien del talento ubicuo, para muchos profesionales ha sido una auténtica oportunidad para compatibilizar la vida personal con la vida laboral. Segmentos tan diversos como jubilados, personas con discapacidades o residentes de áreas rurales han encontrado menos obstáculos para su empleabilidad.
El 2020, sin embargo, también ha sido un año lleno de obstáculos para las mujeres, particularmente para quienes tuvieron que conjugar maternidad y “oficina en casa”. El estudio Women in the Workplace, que publica anualmente McKinsey, revela que el impacto de la pandemia en la escena laboral fue más negativo para ellas que para ellos.
Pero la vuelta de página del desconcierto inicial abre mejores oportunidades del trabajo remoto para ellas. Si en el “mundo pre-COVID”, el 51% de las mujeres dejaban su empleo cuando se convertían en madres debido a esquemas rígidos y analógicos, el nuevo contexto ha tornado más amigable la posibilidad de habitar el hogar y la oficina al mismo tiempo. Además, las mujeres aportan el diferencial que las empresas buscan: un estudio de McKinsey advierte que una empresa con mujeres en su junta directiva puede llegar a ganar hasta 50% más, y resulta más innovadora, porque las organizaciones con perspectivas variadas resuelven los problemas más creativamente, se recuperan mejor de los fracasos y pueden transformar un desafío en una oportunidad.
Aunque el impacto del “escenario 2020” todavía está siendo analizado en detalle, el trabajo remoto muestra señales contundentes de reafirmación a medida que empresas y trabajadores descubren múltiples ventajas y oportunidades. La innovación “obligatoria” de las primeras horas está dando paso a la consolidación de entornos profesionales más eficientes y satisfactorios para unos y otros.
Por Silvina Moschini, Presidente y fundadora de TransparentBusiness