Por: Aiden Geysen, Estratega de Inversiones Sénior, Vanguard Investment Strategy Group
Muchas de las decisiones que tomamos como inversionistas para estructurar y administrar nuestras carteras, pueden provenir de nuestra experiencia de vida. Por ejemplo, si usted está navegando en un velero y cambia el viento, tiene que volver a ajustar las velas o hasta cambiar el rumbo.
Cambiar la estrategia para adaptarse a las condiciones predominantes puede tener perfecto sentido. Sin embargo, cuando se trata del comportamiento del inversionista, lo que tiene más sentido intuitivo en realidad puede ser contraproducente para lograr nuestros objetivos a largo plazo.
Este período prolongado de política monetaria expansiva para combatir el crecimiento económico bajo y la inflación, tuvo como resultado, un repunte de la renta variable de varios años y los rendimientos de los bonos cayendo cerca de mínimos históricos.
Posiblemente como era de esperarse, muchos inversionistas se alejaron de los bonos y aumentaron su exposición a las inversiones de renta variable. También hay muchos que están aumentando su exposición a inversiones en efectivo e inversiones alternativas como los bienes raíces. Sin embargo, las inversiones en efectivo y las inversiones alternativas tienen distintas características y es necesario entender los riesgos antes de seguir esa opción.
La función de los bonos
En una cartera, una exposición diversificada a los bonos de alta calidad tiene una función importante ya que ofrece una defensa contra los períodos de volatilidad del mercado de renta variable. Los bonos también pueden ser una cobertura efectiva contra la inflación a largo plazo, con expectativas de inflación más alta reflejadas en rendimientos más altos que los bonos.
Vale la pena explorar si estas relaciones son todavía relevantes en las condiciones extraordinarias que hay actualmente, o si 'esta vez es diferente'.
Hay una opinión popular que dice que con los rendimientos bajos de los bonos en oferta actualmente, deja de haber el beneficio de correlación que ha habido entre las acciones y los bonos. Hay poca evidencia que respalde esto, con las correlaciones bajas a negativas entre las inversiones de renta variable y los bonos que se mantienen durante este período de rendimientos muy bajos.
El aumento en los precios de los bonos y la caída correspondiente en los precios de las inversiones de renta variable durante el voto del brexit, nos proporcionaron un ejemplo práctico del beneficio de tener bonos de alta calidad en la cartera. Japón nos brinda un ejemplo más perdurable de la relación persistente entre los bonos y las acciones durante un período de varias décadas con rendimientos bajos.
Por ejemplo, el aumento en los precios de los bonos y la caída correspondiente en los precios de las inversiones de renta variable después del referéndum del brexit de 2016 en el Reino Unido proporcionó una ilustración práctica del beneficio de tener bonos de alta calidad. Japón nos brinda un estudio de caso más perdurable de la relación persistente entre los bonos y las acciones durante un período de varias décadas con rendimientos bajos.
La relación entre inversiones de renta variable y bonos sigue siendo verdadera para una cartera con diversificación amplia entre estos dos tipos de inversiones. En el caso de los bonos, una combinación de vencimientos y tipos de deuda puede ayudar a mantener una cartera equilibrada a medida que cambian las condiciones, algunas veces rápidamente.
¿Realmente el dinero en efectivo es el rey?
Aunque el dinero en efectivo también puede mostrar una correlación baja con las inversiones de renta variable, a diferencia de los bonos es más adecuado como un vehículo a corto plazo para liquidez o ahorro más que una inversión a plazo más largo.
A pesar del entorno de rendimientos bajos de los bonos, los bonos con fechas más prolongadas todavía proporcionan una compensación adicional a los inversionistas superior a la tasa de efectivo, que es conocida como la prima de plazo. Aunque los bonos pueden tener rendimientos bajos a negativos en el caso de tasas en aumento, la reinversión de un cupón más alto y el beneficio de la capitalización compuesta significa que los inversionistas con un período de tiempo mediano a largo están mejor eventualmente conservando los bonos, aun en un caso de tasas en aumento.
Esta función protege a largo plazo a los bonos contra la inflación creciente. Tener dinero en efectivo también cuesta a los inversionistas las ganancias potenciales en el caso de
más caídas en los rendimientos, ya que no hay un incremento correspondiente de precios a diferencia de los bonos.
Es necesario entender las inversiones alternativas
Otro sustituto de los bonos recetado con frecuencia en el entorno actual son las inversiones alternativas, que es una categoría amplia compuesta de cualquier inversión, desde fondos de cobertura hasta crédito a corto plazo o activos reales, que incluyen bienes raíces o infraestructura.
Aunque muchas de estas inversiones pueden tener una menor exposición al riesgo de mercado, introducen a la cartera otras características como el riesgo de liquidez, la falta de transparencia, la complejidad y el riesgo alfa, el riesgo que surge cuando el rendimiento de una inversión depende de la habilidad de un administrador o inversionista más que de los resultados del mercado como un todo.
Esto no invalida el lugar de las inversiones alternativas en una cartera, aunque los inversionistas deben entender las implicaciones de cómo es probable que afecten a la cartera cada uno de estos riesgos en los distintos casos. Durante los períodos de estrés en el mercado de renta variable, es improbable que las alternativas ofrezcan el tipo de protección que presentan los bonos.
Aunque hay muchas formas válidas de establecer una cartera para cumplir con los objetivos individuales de un inversionista, es injustificada mucha de la ansiedad que está relacionada con los bonos. Cuando se trata de fuentes de diversificación de la cartera, los bonos continúan siendo una opción válida para los inversionistas con un plazo mediano a largo.
Aun en el entorno inusual de mercado que hay actualmente, antes de embarcarse en un curso distinto, los inversionistas deberían considerar las implicaciones potenciales de riesgo y rendimiento que pueden surgir de una estrategia de sobre ponderar las inversiones en efectivo o las alternativas. Aunque estas clases de activos pueden tener una función en una cartera, la mejor estrategia es aquella que mantiene el rumbo en todas las condiciones.