Conforme pasa el tiempo, la economía circular crece cada vez más; sin embargo, a pesar de ganar terreno en bienes de consumo cotidianos, este modelo se transforma en un proceso más complejo cuando se trata de construir hogares.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, la industria de la construcción representa el 6% del producto interno bruto mundial -10 mil millones de dólares- por año. Por lo que construir casas requiere enormes cantidades de recursos, por ejemplo, la mitad de la producción mundial anual de acero. Un precio muy alto cuando se agrega que el sector genera entre el 25 y el 40% de las emisiones de carbono del mundo y que produce grandes cantidades de desechos.
En México, hasta 2016 se generaban en promedio al día 16,438 toneladas de residuos de la construcción, lo que al año daba más de 6.1 millones de toneladas a nivel nacional. Sin embargo, la industria creció́ 0.6% durante 2018 de acuerdo con cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Según datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), las estimaciones para 2019 apuntan a un crecimiento moderado de entre 2 y 2.5% y se espera que el sector tenga un avance de 3.0% en los próximos tres años, lo que sin duda aumentará los desechos que genera el mismo.
La buena noticia es que la industria de la construcción está adoptando gradualmente un enfoque circular. Aunque las iniciativas son todavía limitadas, actualmente existen motivos para tener más esperanzas. Violía, es una empresa franco-mexicana que ayuda a las industrias a optimizar sus recursos de agua, residuos y energía, de una forma eficiente y responsable, al disminuir consumos y/o descargas de agua, así́ como a gestionar y generar menos desechos, todo esto con la finalidad de apoyarlos a reducir su huella medioambiental.
Incentivar la renovación
Para lograr una “vivienda circular”, la primera solución es mantener lo más lejos posible los edificios existentes y fomentar la renovación. Sin embargo, está surgiendo otro enfoque: ¿deberían diseñarse todas las viviendas como estructuras permanentes? o, por el contrario, se deberían considerar vidas más cortas y, desde el principio, incluir la posibilidad de desmantelarlas y reutilizarlas.
Este es el enfoque adoptado por Studio XX Architecten, con sede en Rotterdam, Países Bajos. Su “Villa Caméra” es un raro ejemplo de construcción que puede desmontarse y reutilizarse regularmente. En su primera encarnación, el edificio era una sala de arte para niños. Diseñado para durar cinco años, fue
desmantelado y los componentes almacenados. Dos años más tarde, los mismos elementos se convirtieron en alojamiento temporal para una escuela.
Reciclaje y recuperación
En el sistema circular otra prioridad es diseñar materiales que puedan recuperarse, reciclarse y reutilizarse. La empresa francesa “Recuperación” está apoyando al sector de la construcción en este proceso, particularmente mediante el reciclaje de desechos a base de yeso, logrando reciclar alrededor de 45,000 toneladas de residuos externos en 2012.
Otro ejemplo es Tarkett, empresa especializada en alfombras y suelos de PVC, que ha unido fuerzas con Veolia para recoger y clasificar los revestimientos de pisos flexibles que fueron descartados por los profesionales de la construcción. Estos residuos se reciclan en los sitios de producción de Tarkett.
Calidad del aire
El problema de lidiar con los desechos de la industria de la construcción tiene desafíos de salud inherentes. Los interiores cada vez más herméticos y pequeños pueden causar problemas respiratorios, alergias, náuseas y dolores de cabeza.
Por el contrario, un experimento llevado a cabo en 2015 por la Universidad Estatal de Medicina del Estado de Nueva York (SUNY), descubrió́ que las capacidades cognitivas de las personas que trabajan en oficinas mejoran enormemente al reducir la cantidad de compuestos orgánicos volátiles que contaminan el aire.
Esto explica por qué los constructores están cada vez más preocupados por la creación de espacios de vida y trabajos limpios e hipoalergénicos.
Esta tendencia ya se implementa en México desde hace unos años, tal es el caso de la azotea verde más grande de Latinoamérica, ubicada en la CDMX, que consiste en un espacio de cinco mil metros cuadrados abierto para empleados de una compañía de vivienda, quienes pueden acudir a trabajar, hacer ejercicio o tomar una clase de yoga. Se inauguró́ hace siete años y posee un huerto donde se cultivan diversos tipos de hierbas y verduras que son consumidas por los trabajadores. Sumado a esto, tiene paneles solares que calientan el agua y así usarla para duchas.
En todo el mundo ya se pueden ver constantes cambios, sin embargo aún queda un largo camino que recorrer para la industria, no obstante, el trabajo en conjunto ayudará a que cada vez se use en mayor proporción el modelo de la economía circular en un sector tan importante, y que al ser más sustentable se brindaran beneficios para el planeta. Es importante recordar que no es posible lograr un desarrollo sostenible sin transformar de manera radical la forma en que construimos y administramos los espacios urbanos, por lo que la labor de cada uno de nosotros como seres humanos, residentes de este planeta, será́ fundamental. Información de Livingcircular.com Powered by Veolia https://www.livingcircular.veolia.com/en