terça-feira, 21 de janeiro de 2020

México | EL TRABAJO DE CUIDADO NO REMUNERADO ASCIENDE AL MENOS A 10.8 BILLONES DE DÓLARES ANUALES, ES DECIR TRES VECES EL TAMAÑO DE LA INDUSTRIA GLOBAL DE LA TECNOLOGÍA


por Yesica Flores

  • En el marco del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza; Oxfam presenta el informe “Tiempo para el cuidado: El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad”
  • A nivel global, 2 mil 153 personas poseen más riqueza que el 60% de las de la población mundial (4 mil 600 millones de personas). 
  • Un impuesto del 0.5% a la riqueza de las personas con mayores ingresos en México recaudarìa lo suficiente para duplicar los recursos presupuestales del Seguro Popular que irían al INSABI en el 2020 (72 mil MDP) 
  • Este mismo impuesto podría recaudar lo suficiente para aumentar siete veces el presupuesto de guarderías del IMSS para el 2020 (12,5 mil MDP). 
En el marco del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, donde se reúnen líderes políticos, económicos y representantes de la élite global, Oxfam presenta el informe El tiempo para el cuidado: El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdadEn él, revela que 2,153 milmillonarios poseen más riqueza que 4,600 millones de personas, es decir el 60% de la población global. En México, las seis personas más ricas tienen más riqueza que el 50% más pobre. Este informe afirma que la desigualdad económica también está construida sobre la desigualdad de género, pues muchos de los beneficios de élite rica, se deben en parte a la explotación del trabajo de mujeres y niñas y a la vulneración sistemática de sus derechos.
El trabajo de cuidados es fundamental, tanto para nuestras sociedades como para la economía. Este concepto engloba actividades como el cuidado de los niños y niñas, de las personas mayores y las personas con enfermedades físicas y mentales, o de las personas con algún tipo de discapacidad, además de las tareas domésticas diarias como cocinar, lavar, coser e ir a buscar agua y leña. En México, el trabajo de cuidados no remunerado equivale al menos a  $1.7 billones de pesos, es decir, es equiparable a casi dos veces a la producción minera anual.
Si nadie invirtiese tiempo, esfuerzo y recursos en este tipo de actividades; comunidades, centros de trabajo y economías enteras se colapsarían por completo. De hecho, son 12,500 millones de horas diarias de trabajo realizado por mujeres (equivalente a 10,8 billones de dólares, es decir tres veces el tamaño de la industria global de la tecnología), las que contribuyen a que la economía global siga a flote.
“Contar con un sistema nacional de cuidados universal  es una de las urgencias más grandes que tenemos en el país. Una vía para lograrlo, es fortalecer las capacidades del Estado en materia de recaudación y crear un modelo fiscal mas progresivo y transparente que grave la riqueza”, dijo Ricardo Fuentes, Director Ejecutivo de Oxfam México.
“ Para poner en contexto, un impuesto del 0.5% a la riqueza del 1% de las personas de mayores ingresos en México, podríamos aumentar siete veces el presupuesto de guarderías del IMSS (12,5 mil MDP)” concluyó.
La investigación de Oxfam también hace énfasis en el trabajo de cuidados mal remunerado, en la importancia de garantizar salarios, jornadas, tratos dignos y justos. Se estima que hay 67 millones de trabajadores del hogar en el mundo, de los cuales 80% son mujeres, y tan solo el 10% están protegidas por la legislación laboral general en la misma medida que el resto de los trabajadores.
En México existen aproximadamente 2.4 millones de personas trabajadoras domésticas de las cuales: 98% no tienen contrato y su ingreso promedio mensual es de $1,550 pesos, es decir su ingreso no es suficiente para cubrir sus necesidades alimentarias básicas.
Si no se adoptan medidas firmes, la situación empeorará mucho más. El envejecimiento demográfico, la debilidad fiscal y  los recortes en el gasto público y el cambio climático amenazan no solo con agravar la desigualdad económica y de género, sino con acentuar la crisis que afecta al trabajo de cuidados y a las personas que los proveen. La élite rica y poderosa podrá utilizar su dinero para librarse de las consecuencias de esta crisis, pero las personas en situación de pobreza y privadas de poder no tendrán esa oportunidad.
Por ello, además de reconocer el trabajo de cuidados; de reducir las horas dedicadas a este, redistribuirlo de forma más equitativa dentro de las familias y de garantizar representación a las proveedoras de cuidados más excluidas; los gobiernos deben garantizar la adopción de reformas legales, económicas y laborales que protejan los derechos de todas las personas que llevan a cabo el trabajo de cuidados remunerados y no remunerados.
Un sistema nacional de cuidados, fondeado en parte con impuestos a la riqueza extrema, permitiría reducir y redistribuir la desproporcionada responsabilidad de los cuidados que hoy recae sobre mujeres y niñas.

Nenhum comentário:

Postar um comentário