Desde que las personas comenzaron a comerciar productos y servicios, se empezaron a buscar maneras de poder vender más y así obtener una mayor ganancia, esas prácticas que en esencia podrían parecer sencillas han evolucionado incansablemente convirtiéndose en auténticas superestructuras publicitarias que son objeto de estudio de diversas ciencias, como la comunicación y la psicología. La mercadotecnia siempre ha buscado nuevos nichos que le permitan posicionar a las marcas entre el gusto de los consumidores, por ello, sólo era cuestión de tiempo a que la relación entre publicidad y videojuegos se consolidara, sin embargo, ese vínculo no es para nada reciente, se comenzó a gestar desde la década de los 80s.
En un inicio, los videojuegos formaban parte de la publicidad asignada a proyectos cinematográficos o artísticos, por ejemplo, en 1982 se lanzó Star Wars: The Empire Strikes Back, cartucho de Atari que era básicamente un juego de disparos de desplazamiento lateral, que pretendía atrapar a nuevos espectadores de la naciente saga, otro gran ejemplo, es Moonwalker de 1988, que buscaba apuntalar la carrera musical de Michael Jackson y de paso promocionar la película del mismo nombre protagonizada por el rey del pop.
Con el paso del tiempo y las mejoras técnicas, se incluyeron anuncios en los diversos escenarios y mundos virtuales creados en cada videojuego, con la aparición del Play Station comenzaron a introducirse artes estáticos que ni influían directamente con la historia, por ejemplo, letreros alrededor de las pistas de carreras, posteriormente firmas textiles fueron apareciendo en las prendas que potaban los personajes.
Todo esto evolucionó en el concepto de advergame, que se puede definir como un videojuego creado directamente con fines comerciales, la presencia de las marcas es constante, puede ir desde el título o con misiones, mundos o personajes inspirados en los productos de la compañía que lo auspicie.
Al respecto de esta tendencia Ricardo Ellstein, CEO de Figment, empresa mexicana especializada en marketing digital, comentó: “Desde hace tiempo los videojuegos pasaron de ser un producto dirigido a niñas y niños a también posicionarse entre la población adulta como una forma de ocio y entretenimiento, por ello, la publicidad a través de ellos, es una gran área de oportunidad para las marcas, ya que tendremos a nuestro público objetivo jugando durante varias horas, además del impacto prolongado, podemos mejorar el conocimiento y percepción sobre la marca”.
Este nicho no sólo abarca juegos diseñados para consolas, según cifras reveladas por la consultora The Competitive Intelligence Unit, en México 59.1 millones de personas cuentan con algún dispositivo que les permite jugar, de los cuales 68.3% lo hace mediante un smartphone. Figment ha diseñado múltiples proyectos de Advergames. Posicionándose como expertos Mexicanos en este sector, precisamente un proyecto de este tipo, Boliguardians The Game los hizo acreedores a un premio Effie en 2017, dichos reconocimientos son los de mayor relevancia en la industria del marketing y la publicidad en el país, y buscan premiar las ideas y proyectos funcionales más destacados.