De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para finales del 2017 se esperaba que la producción industrial en todo el mundo aumentara en un 3.2%. En el caso de México, se prevé que para cierre de 2018 este sector —el segundo más importante para el producto interno bruto nacional— crezca en un 1%, donde destaca la manufactura automotriz como una de las más fuertes.
Aunque estamos en una era llena de avances tecnológicos, se siguen reportando accidentes laborales en ambientes industriales en el país. Durante 2016, según datos del Informe de Memoria Estadística del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se registraron mil 408 defunciones por riesgo de trabajo, de ese número, 986 fueron provocadas por accidentes de trabajo. El Estado de México encabeza la lista con 201 muertes por riesgos de trabajo, de las cuales 71 estuvieron relacionadas con accidentes laborales; Jalisco con 101, Veracruz con 97, Guanajuato 96 y Nuevo León con 82 decesos completan el registro.
Es una realidad que nuestro país ha avanzado en la implementación de este tipo de políticas, pero aún falta fortalecer las medidas de seguridad en las organizaciones para garantizar la integridad de cada uno de los colaboradores. Esto es, porque de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo las lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo en todo el mundo provocan la pérdida del 3,9% del PIB, con un coste anual de aproximadamente 2 mil 680 millones de euros.
Expertos apuntan que los países con sistemas de seguridad y salud deficientes utilizan recursos valiosos para resolver lesiones y enfermedades que podrían evitarse, por lo que adoptar una estrategia sólida conlleva una serie de numerosas ventajas como: la mejora de la productividad por el menor número de bajas por enfermedad, reducción de los costes de asistencia sanitaria, mantenimiento en el empleo de los trabajadores de mayor edad, implementación de métodos y tecnologías de trabajo más eficientes y se contribuye en la disminución del número de personas que tienen que reducir su jornada laboral para cuidar de algún familiar.
Sin lugar a dudas, es un tema esencial y relevante que está involucrado en prácticamente todos los procesos, desde el transporte, hasta el manejo de materiales pesados, por lo que mantener un estricto control de lo que se debe hacer y seguir los protocolos establecidos contribuye a cuidar de cada persona.
En México, Veolia, referencia internacional en la gestión del agua y residuos urbanos, cuenta con la estrategia “Cultura de Seguridad”, basada en 5 pilares que permiten mejorar las bases sobre las cuales la compañía trabaja para así eliminar y/o reducir la exposición al riesgo en cada una de sus operaciones, asimismo, cada año realizan la Semana Internacional de Salud y Seguridad, en la que participan cada uno de los trabajadores y sus hijos.
Como parte de su estrategia identifican los riesgos operacionales para prevenir y mitigar las situaciones antes de que deriven en accidentes, por lo que casi el 40% de las horas de formación de los empleados están relacionados con este tema. Asimismo, en este tipo de empresas, las políticas de seguridad no son exclusivas del trabajo en planta, sino que también para ellos es importante que los colaboradores que están en las áreas corporativas cuenten con medidas apropiadas, ya que los accidentes y las catástrofes pueden ocurrir en cualquier lugar. Para esto cuentan con una campaña especial de seguridad interna que involucra a cada uno de los colaboradores a identificar y reportar los principales riesgos de peligro, con la oportunidad de recibir algunos incentivos que van desde un kit corporativo hasta un viaje.
Si bien es cierto que ya existen muchos avances en la materia, todavía se encuentran ciertos rezagos, es por ello, que para lograr un cambio considerable también es necesario continuar innovando en las políticas de seguridad para así contribuir en la protección del capital humano, el eje principal de cada compañía y así lograr una correcta función de cualquier industria.
El objetivo a nivel global deberá ser contar con un sistema laboral integral que permita no sólo salvaguardar a la fuerza laboral, sino incluso impulsar su crecimiento profesional.