La adopción Cloud de las organizaciones ya es una clara realidad. Según los expertos, el 93% de los directivos está migrando o tiene intenciones de migrar sus procesos de negocio a la nube y el 87% planea invertir en recursos en un corto plazo. Esto conlleva a un cambio estructural, además de representar desafíos complejos, que bajo una estrategia y un enfoque adecuados, se pueden llevar acabo sin complicaciones o fracasos innecesarios.
Según las predicciones de Internacional Data Corporation (IDC), si para el termino de 2018 “no estás en la nube, estarás aislado de la innovación”. La entidad también proyecta que para 2021, el gasto de servicios Cloud se duplicará a más de 530 mil millones de dólares, aprovechando el entorno de nube diversificado que estará 20% at the edge, más del 15% en computación especializada y más del 90% en multi-cloud.
De acuerdo con Frank Gens, en “IDC FutureScape: Worldwide IT Industry 2018 Predictions”, Cloud ha entrado en su fase 2.0, en donde su faceta pública pasa a ser la mejor plataforma en un ecosistema organizacional que requiere acelerar su transformación digital con tecnologías como Inteligencia Artificial (IA), Machine Learning, IoT, realidad aumentada (AR), realidad virtual (VR) y Blockchain.
Avanzar en el cambio hacia Cloud requiere involucrar a diversas áreas y funciones de la organización, desde los usuarios hasta las áreas de negocio, los departamentos TI, compras, entre otras. Esto se debe a que será necesario un trabajo conjunto para definir los nuevos formatos (modelo de gobierno) que permitan agilizar las operaciones y capacidades adecuadas para beneficiarse realmente del modelo Cloud.
Ahora bien, ¿cuál es el mejor Cloud para tu organización? ¿público, privado, híbrido? ¿con qué proveedor? ¿Paas, Iaas, Saas? Seguramente para una empresa de envergadura las respuestas serán todas; tendrá sentido una estrategia mixta en donde los diferentes modelos se adapten mejor a distintas necesidades de negocio.
Las soluciones tienden a ser multiplataforma y multivendor. Otro desafío clave será gestionar y administrar a todos los players mediante brokerage, disciplina que everis ha implantado en sus Cloud Management Centers de América, facilitando así la integración multiplataforma en forma centralizada y ágil.
Cloud to the Edge
De acuerdo con Gartner, el Edge Computing o Fog Computing (computación de niebla) se ha posicionado como una de las principales tendencias del momento. Se trata de una topología informática en la que el procesamiento de información, la recopilación y la entrega de contenido se sitúan más cerca de las fuentes de dicha información. La conectividad, latencia, las restricciones de ancho de banda y una mayor funcionalidad descentralizada favorecen a los modelos distribuidos. Las empresas deben comenzar a utilizar patrones de diseño en el extremo de la red en sus arquitecturas, en particular para aquellas con elementos de IoT significativos.
¿Cuándo se debe considerar el Fog Computing?
Cuando la información es recolectada en los extremos de la red, genera grandes volúmenes de datos y requiere tiempos de respuesta inmediatos.
¿Cómo funciona?
Básicamente, los datos que requieren un menor tiempo de respuesta se procesan en el FogNode (el más cercano al elemento IOT). Si bien hay capas intermedias, finalmente los datos que son menos sensibles a los tiempos de respuesta se envían a la nube para los archivos, Big Data y Long term storage.
¿Qué hace quién?
o Fog nodes: reciben información de los dispositivos de IoT en tiempo real, procesan las aplicaciones (control y analítica) en milisegundos, guardan información de 2 a 3 horas de historia y envían periódicamente la información a la nube.
o Cloud platform: recibe y actualiza la información recibida de los Fog nodes, realiza análisis sobre la información integrada con datos provenientes de otros medios y aplicaciones de negocio. Además, puedes modificar configuraciones y reglas de negocio en las aplicaciones de estos.
Beneficios
Con la forma en que el IoT está creciendo, necesita una base de infraestructura especial que pueda manejar todos sus requisitos y en tiempo real. De cara a ello, la llamada computación de niebla parece ser la opción más viable.