Cuando la volatilidad regresó a los mercados globales de renta variable este año, los titulares lanzaron este concepto estadístico en su papel familiar como el enemigo más temible de los inversionistas.
Sin embargo, podría ser que la volatilidad estuviera teniendo mala fama. No es un villano y no siempre es sinónimo de pérdidas en la cartera.
Una mirada más de cerca al concepto podría ayudarnos a entender lo que es la volatilidad, por qué no deberíamos esperar una prima por tener inversiones de renta variable sin ella y cómo pueden ayudar los asesores a los inversionistas a manejar sus emociones cuando la volatilidad se encuentra en una posición muy importante.
La volatilidad no es direccional
Una idea equivocada común sobre la volatilidad es que implica dirección y, por lo tanto, esa volatilidad más baja es preferible a la volatilidad más alta. En realidad, las medidas de la volatilidad del mercado simplemente son medidas de dispersión alrededor del rendimiento promedio que no ofrecen una idea de la dirección. Un automóvil usado es un activo con una increíble volatilidad baja en el sentido de que pierde valor continuamente con el tiempo; eso no lo hace ser una buena inversión. De hecho, sin contar con los beneficios de movilidad que proporciona a su propietario, es la definición misma de una mala inversión.
Los rendimientos recientes de una inversión determinan si la volatilidad marca un cambio para bien o para mal. Los precios de las acciones han subido constantemente en los últimos años. En esta situación, algunos casos de rendimientos negativos tendrán un mayor impacto en las medidas de la volatilidad que los rendimientos positivos de la misma magnitud. En contraste, durante un período de mercados de renta variable decrecientes constantes, unos pocos días de rendimientos positivos producirán un aumento en la volatilidad. La siguiente figura demuestra cómo dos carteras distintas con resultados opuestos podrían producir medidas de volatilidad idénticas.
Dos carteras, volatilidad idéntica
Notas: La figura muestra simulaciones de rendimientos hipotéticos de dos carteras. La volatilidad se calcula como la desviación estándar de rendimientos diarios durante 10 días continuos. Fuente: Vanguard.
Como podría esperar, el período continuo más prolongado de volatilidad del mercado arriba del promedio1 desde la Gran Depresión fue durante la crisis financiera mundial de 2008. Lo que tal vez no esperaría es que si hubiera comprado el Índice S&P 500 en el pico de su volatilidad (21 de noviembre de 2008) y lo hubiera tenido hasta que la volatilidad regresó a su promedio histórico casi un año después (28 de septiembre de 2009), habría ganado un rendimiento del 33% aun antes de contabilizar los dividendos.
La ignorancia (en cuanto a la volatilidad) es la felicidad
Los inversionistas deben recordar que la volatilidad a corto plazo es el precio por los resultados superiores a largo plazo.
Los datos históricos muestran que durante los períodos prolongados se ven recompensados los inversionistas por tener activos más arriesgados con rendimientos más altos que aquellos de activos menos arriesgados. Los saldos diarios de la cuenta podrían empezar a mostrar mayores fluctuaciones que en los años recientes, pero los inversionistas a largo plazo deben resistir el deseo apremiante de hacer cambios
impulsivos en sus planes de inversión. Tal como dijo el premio Nobel Daniel Kahneman, "Si tener acciones es un proyecto a largo plazo para usted, seguir constantemente los cambios es una muy mala idea. Es lo peor que puede hacer".2 Las matemáticas explican la razón.
Tal como se mencionó antes, la volatilidad del mercado de acciones explica con qué frecuencia y qué tanto difieren los rendimientos de las inversiones de renta variable de su valor promedio. La mecánica del cálculo significa que mientras aumentan los rendimientos de la inversión en proporción al tiempo, la volatilidad aumenta más lentamente, en proporción a la raíz cuadrada del tiempo.3
El resultado es que entre menos frecuentemente vean los inversionistas sus carteras, es menos probable que vean una pérdida y posiblemente sientan miedo y arrepentimiento. El siguiente cuadro demuestra este fenómeno utilizando los rendimientos diarios del Índice S&P 500. Observe cómo crecen los rendimientos a un ritmo más rápido que la desviación estándar de los rendimientos, también conocida como volatilidad, y a medida que transcurre el tiempo aumenta la probabilidad de lograr un rendimiento positivo.
Período de tiempo Rendimiento de la mediana Desviación estándar de los rendimientos Probabilidad de rendimiento positivo
Un día 0.06% 1.10% 54%
Una semana 0.35% 2.27% 58%
Un mes 1.29% 4.19% 64%
Un año 13.69% 16.50% 83%
Diez años 119.01% 137.45% 91%
Fuentes: Cálculos de Vanguard usando datos de Bloomberg. Fechas: 4 de enero de 1988 al 16 de febrero de 2018.
Una vez más, esto resalta la importancia de un enfoque de inversión a largo plazo, ya que cualquier día ofrece más del 50% de posibilidad de obtener rendimientos positivos. Los inversionistas que no prestan atención a la volatilidad a corto plazo y siguen un plan de inversión disciplinado podrán darse cuenta que el tiempo está de su lado cuando se trata de rendimientos a largo plazo.
1 Volatilidad en este ejemplo está definida como la desviación estándar de los rendimientos del precio durante 30 días continuos para el Índice Standard & Poor's, con el promedio histórico tomado de marzo de 1928 a febrero de 2018. 2 Zweig, Jason. "Do You Sabotage Yourself?" Revista Money (mayo de 2001): 78 3 La regla de la raíz cuadrada del tiempo es un método útil, pero no perfecto, de mostrar la escala de la volatilidad. Los datos observados difieren de las suposiciones del modelo de rendimientos con distribución normal y valor de la media cero
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