La educación universal constituye una política social necesaria e indispensable para alcanzar la paridad de género, meta por la cual aún queda mucho por hacer en nuestro país. Basta ver que la presencia de las mujeres es mayor en los niveles iniciales y se reduce en la educación superior. En el nivel preescolar el porcentaje que representan es de 93.2 %, en primaria 67.3 % y en secundaria 52.7 %.
Los organismos internacionales como UNESCO, CEPAL y los gobiernos, establecen un nuevo objetivo del papel que debe cumplir la educación para asegurar un desarrollo con equidad y, en consecuencia, cómo asegurar a todos los sectores sociales el acceso a un estándar mínimo de calidad educativa. Estudios de Global Open University (GOU) han demostrado que la educación humanista, inclusiva, con perspectiva de género, intercultural, científica y de excelencia incide en la disminución y erradicación de la violencia y que ofrece oportunidades para que las y los jóvenes de México ejerzan su derecho a la educación fomentando un trato digno e igualitario.
“La educación de las mujeres aumenta la capacidad de producción económica y reduce la pobreza. Cada vez son las mujeres que alcanzan grados superiores de estudios en todos los niveles socio- económicos del país generando que las mujeres tengan puestos en niveles que antiguamente sólo eran para los hombres,” comentó Vanesa Marcos, directora académica de GOU.
Entre los numerosos obstáculos que impiden a las niñas y mujeres ejercer su derecho a estudiar, obtener un diploma y beneficiarse de la educación, se encuentran la pobreza, el aislamiento geográfico, la pertenencia a una minoría, la discapacidad, el matrimonio y el embarazo precoces, la violencia de género y las actitudes tradicionales relacionadas con el papel de las mujeres.
A partir de la segunda mitad del siglo xx se dio lugar a un incremento sostenido y consistente de la matrícula femenina, de tal suerte que se podría hablar de una aparente igualdad. Sin embargo, la evolución numérica no significa que existan condiciones de igualdad. Es necesario analizar el incremento tanto de la matrícula femenina como de la planta de docentes e investigadoras de manera desagregada, por área de conocimiento y campo profesional, lo que permitirá constatar que se sigue manteniendo y reproduciendo la segregación ocupacional como una expresión y una de las principales causas de la desigualdad entre los géneros.
Para alcanzar la equidad de género a todos los niveles empresariales, hay que crear una cultura organizacional de no discriminación. Se debe cambiar desde la cultura del reclutamiento para ofrecer igualdad salarial para hombres y mujeres para que ambos tengan las mismas oportunidades. Las empresas deberán buscar el talento de los profesionales para poder cambiar las siguientes estadísticas: El 37.2% de las mujeres con estudios de licenciatura no ha podido acceder a un empleo formal y el 33% de las mujeres con estudios de licenciatura han tenido trato desigual en su trabajo por su género. (INEGI)
Global Open University enlista en perspectiva una lista de tareas y l retos que aún quedan por afrontar, entre los que se pueden enumerar:
Recuperar, valorar y potenciar el capital cultural producido desde los programas y proyectos de género y desde la perspectiva de género.
· Promover el ingreso de las mujeres a las instituciones y programas de investigación.
· Promover la creación de planes y programas de estudio desde la perspectiva de género.
· Incluir en los programas de estudio las aportaciones de las teóricas e investigadoras del mundo académico.
· Promover la diversificación de la matrícula femenina a diferentes áreas del conocimiento.
· Impulsar las trayectorias académicas y administrativas de las mujeres para que accedan a cargos de responsabilidad.
Actualmente, son pocas las universidades e instituciones en México que poseen un plan integral digital, que impulse y acompañe el desarrollo de talento. Una de ellas es Global Open University, (GOU) con altos estándares de calidad, como los compartidos por el Espacio Europeo de Educación Superior (ESG) y del Espacio Iberoamericano de Aseguramiento de la calidad en la Educación Superior (SIACES).
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