Con el objetivo de convertirse en una empresa 100% sustentable y totalmente comprometida con el ambiente, Croda inauguró una nueva planta de procesamiento químico para fabricar óxido de etileno en Delaware, Estados Unidos.
La automatización de las instalaciones está a cargo de Rockwell Automation, basada en The Connected Chemical Plant, la cual genera una infraestructura segura para la conexión de activos inteligentes y permite compartir información, desde la recepción de los insumos y su procesamiento, hasta la formulación final.
Las instalaciones de Croda existen desde 1937 y en ellas se desarrollan más de 400 diferentes tipos de agentes químicos y productos base utilizados en todo tipo de industria, desde el cuidado personal, hasta emulsificantes para el fracking o fractura hidráulica.
En los próximos años, sólo continuarán existiendo las compañías productoras que estén dispuestas a cuidar el medio ambiente. Desde 2015, el 66% de los consumidores está dispuesto a pagar por marcas más sustentables, cifra que se incrementa al 75% con los millennials. Sin embargo, no basta hablar del tema, los nuevos intereses de la gente demandan pruebas y certificaciones.
Para adaptarse a este nuevo entorno, “Croda realizó una inversión de USD $170 millones de dólares para la construcción de la planta; con ello dejamos de comprar óxido de etileno y hemos comenzado a producir surfactantes 100% ecológicos y renovables, línea a la cual llamamos Eco Range”, explicó Bob Stewart, director general de la planta.
Derivado del trabajo conjunto con Rockwell Automation, estas instalaciones son las únicas en Estados Unidos capaces de entregar resultados 100% ecológicos. Sólo existen un par más en China e India. De acuerdo con Bob Stewart, tan solo la reducción de costos por el transporte de la materia prima, que ahora fabrican, es suficiente para financiar el proyecto.
Por su parte Gordon Bordelon, líder de proyectos para la industria química en Rockwell Automation, comentó que el enfoque y las preocupaciones de las empresas de este sector está yendo más allá de los costos, “hoy existe una presión del mercado por consumir productos totalmente sustentables; los activos están envejeciendo; la seguridad de las instalaciones y de la gente cada vez es más importante, al igual que la ciberseguridad; la regulación es más estricta; existe un menor número de trabajadores especializados”.
La industria química global ha experimentado 2 años de importantes crecimientos, del 9%, pero en el mediano y largo plazo existe una gran incertidumbre. Para subsistir, las empresas de este sector deben contar con instalaciones inteligentes, ser capaces de aprovechar las ventajas del Internet de las Cosas, la inteligencia artificial, la nube, el aprendizaje de las máquinas y las plataformas de ejecución para los negocios al entregar productos al mercado en menores tiempos.
Gordon Bordelon explicó que The Connected Enterprise permite el desarrollo de plantas inteligentes con la incorporación de unidades y dispositivos también inteligentes, lo cual garantiza: optimizar la cadena de suministro; ofrecer seguridad total para la información y las conexiones; aprovechar las ventajas de la realidad aumentada para verificar en campo, de una manera segura, todo lo que está sucediendo en el proceso. El concepto de Smart Safety en la industria química “va en camino a la identificación de una verdadera emergencia”.
Stephen P. Monaghan, vicepresidente de ACE, explicó que Rockwell Automation los ayudó a través de soluciones cómo: PlantPAx Distributed Control System; Low Voltage MCC’s with Ethernet IntelliCENTER technology; Stratix Ethernet hardware; y AADvance Safety Instrumented System.
“Con toda esta tecnología integramos ‘The ECO Solution’, un sistema de control para la planta que incluye: 1400 instrumentos y dispositivos; 120 motores; 2100 puntos de control; 14 gabinetes; 10 patines con diversos sistemas de control; 5 servidores, 7 estaciones de trabajo de operación; 2 estaciones de ingeniería; y cerca de 2500 alarmas racionalizadas y administradas”, explicó el directivo.
Finalmente, la nueva planta de Croda utiliza el 50% del gas producido de un relleno sanitario, el cual alimenta 2 generadores de vapor de 1.1 MW cada uno. Para 2019 instalarán un tercer generador, de 2 MW, con lo cual ocuparán el 100% de la producción de dicho combustible. Adicionalmente, en 2014 instalaron un parque solar de 3,000 paneles; y para 2019 todos sus techos también los alojarán; energía de la cual generarán el 5% del total consumido.