La seguridad que tienen los mexicanos con respecto a operaciones que combinan tecnología y dinero es baja. De hecho, de acuerdo con estadísticas de las reclamaciones de usuarios financieros de la CONDUSEF, las quejas por fraudes cibernéticos en los primeros meses de 2019 se incrementaron 19 por ciento respecto al año pasado; más de 429 mil fueron por fraudes en terminales de punto de venta, sin embargo, este rubro tiene el tercer puesto más alto en resoluciones favorables.
De acuerdo con datos de la consultora Cynthus, el sector gubernamental, el financiero y la banca, son las áreas más propensas a recibir ataques cibernéticos. Afortunadamente, ante la demanda de los usuarios, las instituciones financieras están cada vez más resguardadas ante estas amenazas, gracias a funciones que además de asegurarlas, ofrecen mayor tranquilidad a los consumidores al momento de hacer transacciones bancarias.
Uno de los temores más recurrentes de los tarjetahabientes es la filtración de datos y cargos extras al utilizar la tarjeta en un establecimiento; en los últimos años, algunos bancos han blindado sus plásticos para que en cada movimiento sea necesaria la aprobación del dueño. Esto obliga a visualizar en todo momento la transacción y a cuidar cómo se maneja la tarjeta, que muchas veces no llega a la persona que hace el cobro.
Actualmente, existen algunos agregadores de pago como Clip PRO que cuentan con innovadoras medidas de seguridad como el teclado dinámico, característica que cambia el orden de los números después de digitar el NIP para dificultar el robo de información.
Otro beneficio es el control y transparencia de la actividad financiera. La mayoría de las instituciones bancarias ya cuentan con apps móviles en las que se pueden consultar saldos, movimientos y demás detalles las 24 horas del día.
Siempre existe un grado de vulnerabilidad al manejarse dentro de sistemas electrónicos, sin embargo, existen certificaciones como la Payment Card Industry Security Standards (PCI) que aseguran a los usuarios que su información está protegida bajo los estándares más altos de seguridad en el mercado global y su acceso está totalmente restringido.
En México, existen diferentes aplicaciones y dispositivos que buscan hacer más simple los procesos de pago, además de empujar al país a una sociedad cashless, es decir, una en el que todas las transacciones financieras se realicen sin efectivo. Aunque el panorama es favorable en cuanto a la implementación de estos nuevos y más seguros métodos de pago, el mayor reto es adoptar las tecnologías actuales y evolucionar poco a poco hacia la digitalización.
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