Marco Piña, Director de Nuance Enterprise Iberia
El despliegue de sistemas de autenticación biométrica en los dispositivos móviles se ha convertido en tendencia en el nuevo entorno digital. Hace tan sólo unos meses, Apple revolucionaba la industria tecnológica con el lanzamiento de Face ID, un nuevo sistema de autenticación basado en el reconocimiento facial. A mi parecer, la implementación de estas tecnologías de identificación biométrica es una práctica cada vez más generalizada en el actual ecosistema móvil, desplazando a métodos más tradicionales basados en contraseñas alfanuméricas y optimizando los niveles de seguridad.
Si bien es cierto que algunos de estos nuevos formatos de autenticación aún suscitan algunas dudas relativas a la seguridad y privacidad, es evidente que ofrecen mayor protección al usuario, facilitan el acceso a sus dispositivos, ahorran tiempo y evitan errores o pérdidas de contraseñas. No en vano, las previsiones indican un crecimiento exponencial entre los usuarios respecto a la adopción de estos sistemas de identificación basados en biometría. Sin duda, avanzamos hacia una nueva era en la seguridad digital de nuestros dispositivos.
Me gustaría ahondar un poco más en esta cuestión de la seguridad, ya que, a la vista de lo expuesto, en el centro de toda esta vorágine de innovación tecnológica, la biometría de voz se presenta como uno de los sistemas de autenticación más seguros. La voz es el parámetro biométrico más sencillo, rápido y seguro para el consumidor debido a que utiliza la huella de voz única del usuario para la identificación. Esto es así porque la tecnología de voz es mucho más complicada de vulnerar que otros métodos de autenticación.
Hemos presenciado cómo las brechas en los sistemas brindan a los cibercriminales la posibilidad de acceder a nuestra información personal y, por ende, a nuestra identidad. No obstante, los datos de voz, hasta la fecha, son muy difíciles de hackear para los ciberdelincuentes. En consecuencia, la tecnología del reconocimiento del habla ofrece una mejor precisión y mayores niveles de seguridad que las contraseñas, pines o preguntas de seguridad, y puede detectar grabaciones de habla real en vivo y en directo, propiciando que, en caso de una brecha, los datos resulten inútiles para los ciberdelincuentes.
Otro dato interesante que me gustaría destacar, es que la biometría de voz analiza cientos de parámetros únicos en la voz de cada usuario como el ritmo del habla o la entonación para evaluar una voz y compararla con una huella vocal. Además, esta tecnología evita el fraude y reduce el riesgo de vishing o suplantación de identidad, permitiendo a las organizaciones optimizar la experiencia de usuario, reducir costes y mejorar la satisfacción de los clientes.
No cabe duda de que la constante evolución de los dispositivos móviles está generando una revolución en los sistemas de identificación. Los métodos de autenticación tradicionales basados en contraseñas ya están siendo reemplazados por otros formatos más ágiles, seguros y sencillos para el usuario y más complejos para los ciberdelincuentes. Bienvenidos al futuro de la seguridad digital.
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