Este artículo fue escrito por un humano; la precisión es pertinente, pues el 8 de septiembre The Guardian publicó una pieza de opinión escrita por la Inteligencia Artificial GPT-3, lo que abrió una vez más uno de los debates que más escucho, ¿hasta dónde nos puede llevar esta tecnología? Sin duda entiendo el origen de la pregunta, desde mi perspectiva la respuesta es mucho más esperanzadora que lo que podría indicar la duda ante lo desconocido.
Cambiaría la pregunta a ¿Qué podemos lograr con esta tecnología? Lo cierto, es que seguimos muy lejos de un capítulo de “Black Mirror” y más cerca de tener nuevas herramientas para alcanzar el Kaizen japonés. Pensemos en las posibilidades de utilizar esta programación para detectar y actuar las posibles incidencias que se pueden presentar en la operación cotidiana de diversas empresas en industrias que requieren un alto estándar de cumplimiento.
De acuerdo con KPMG, al menos un 56% de la Alta Dirección considera que los riesgos operativos son el principal desafío para sus empresas, por lo que detectar posibles incidencias -incluso anticipar aquellas que aún no se presentan- son un diferenciador para una mejor competitividad, pues, sólo en aspectos financieros, la consultora considera que las empresas pueden afrontar pérdidas superiores a cinco millones de pesos al año por errores y falta de control de riesgos en áreas operativas, financieras, legales y tecnológicas.
Ante este panorama hay soluciones basadas en IA y desarrolladas con diversos algoritmos de Machine Learning que ya son implementables y dan más certidumbre a las empresas, pues las ayuda a llevar una gestión más ágil, precisa y en tiempo real de sus operaciones, al buscar anomalías, predecir errores en diversas plataformas tecnológicas y anticipar posibles contingencias, minimizando proactivamente la probabilidad e impacto de alguna indisponibilidad en sistemas tecnológicos complejos, minimizando riesgos operativos, garantizando la continuidad de los procesos y potenciando el valor a sus datos.
Hablaré de un ejemplo concreto, hace poco más de un año Ontex, el fabricante líder de soluciones de higiene, se nos acercó con una necesidad: predecir anomalías en sus procesos de negocio y reducir situaciones de riesgo. Esta es una dolencia común para muchas industrias, se pierde mucho tiempo llenando reportes y si existe un error, el tiempo se duplica. La solución que vimos fue implementar Inteligencia Artificial predictiva, con esto se pudo reducir en 57% el número de incidentes de su sistema de planificación de recursos empresariales -ERP por sus siglas en inglés- Esto permitió una disponibilidad del sistema del 100%, lo que genera mayor eficiencia operativa.
Lo anterior es una muestra de que no estamos hablando de soluciones tecnológicas del futuro, que ya es una realidad y que acercarnos a la Inteligencia Artificial resulta una gran idea. Aquellos sectores que requieren de una mayor protección de sus sistemas críticos -como el financiero, de salud, de manufactura, retail, o el sector público- encuentran en la IA una aliada, ya que les permite actuar de forma proactiva antes de que ocurra alguna incidencia grave, brindando la posibilidad de que los equipos de TI tomen decisiones rápidas y eficientes, aún cuando se encuentren distribuidos en distintos puntos geográficos o trabajando de forma remota.
No es casualidad que las empresas busquen soluciones que les permitan mayor agilidad operativa: cada hora y día que no tengan que dedicar los directivos a resolver una incidencia o la falta de disponibilidad del sistema es una hora que le dedican a la estrategia del negocio: poder planear para responder de manera cada vez más rápida y ágil a las nuevas oportunidades de un entorno cada vez más digitalizado.
El abanico de soluciones tecnológicas disponibles hoy en nuestro país es muy amplio, a veces cuando leemos de Inteligencia Artificial podríamos pensar que se trata de tecnología del futuro, lo cierto es que es un recurso que bien implementado en el presente nos permite responder muy rápidamente y afrontar los retos de un entorno cambiante. Esta tecnología nos puede llevar a crecer, a mejorar y a enfocar mejor el talento de nuestra gente. Tomar acciones en el presente nos permitirá prosperar en el futuro. La invitación a preguntarse ¿qué puedo lograr con tecnología? tendrá un impacto muy favorable en la forma de hacer negocios.
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