En
muy pocos meses, nos hemos enfrentado -como humanidad- a la necesidad
de responder de manera rápida e innovadora a una nueva realidad,
donde la tecnología se ha consolidado como el gran habilitador para
ayudarnos en este nuevo escenario: desde cómo estar cerca -de manera
virtual- con nuestros seres queridos, mantener un negocio, así como
transformar el que ya teníamos.
Cada
vez será más lejana la manera en “como era antes”, porque
vivimos ya en un entorno completamente diferente, donde
progresivamente más usuarios se han acostumbrado a una mayor
digitalización para obtener una amplia gama de servicios y
productos. Esto ha implicado un cambio muy acelerado en el consumidor
y en el mercado, y las empresas han tenido que tomar decisiones
fundamentales en muy poco tiempo para poder responder a esta nueva
forma de consumo.
¿Cuáles
son las soluciones que están dando forma al nuevo mundo? Sin duda el
e-commerce, que ha mostrado su potencial de aprovechamiento para todo
tipo de empresas. Uno de los principales desafíos de las empresas es
aceptar, en una manera veloz, que tienen que cambiar la manera en que
conciben el negocio para poder evolucionar de acuerdo a un entorno de
actividad comercial que exige rapidez, agilidad de respuesta,
confiabilidad y seguridad.
Otra
de las soluciones tecnológicas que, sin duda, están cada vez más
presentes son todas aquellas que permiten el trabajo colaborativo y
remoto. Es difícil anticipar la suspensión definitiva de las
medidas de sana distancia social, por lo que muy seguramente, el
trabajo desde casa (Home Office), las videollamadas en vez de juntas
presenciales, la posibilidad de trabajar por objetivos y no por horas
en una oficina, será gradualmente adoptado por organizaciones de
todo tipo y tamaño.
Hoy,
muchas organizaciones se están cuestionando e incluso han cancelado
los contratos de arrendamiento de los espacios de sus oficinas,
preguntándose si lugares de escritorio son los adecuados, o si lo
mejor sea transformarlos en espacios físicos colaborativos para
algunas reuniones de trabajo y actividades que necesiten ser de forma
presencial, incluso, dejar al 100% de su personal en modelo de home
office es viable, o los que han mostrado desde ya una visión más
innovadora con escritorios virtuales (Digital Workspace) espacios
virtuales de trabajo que emulan
una oficina, sin importar dónde te encuentres físicamente, opera
bajo todas las políticas de seguridad necesarias, en un ambiente
protegido, que permite a los colaboradores acceder de forma remota
desde donde estén y ejecutar los procesos de negocio necesarios,
desde cualquier dispositivo. Primero nos llevamos toda nuestra
correspondencia física a correos electrónicos, después nos
llevamos toda nuestra información a los smartphones; ¿estamos
listos para llevar ahora la oficina entera a donde sea que vayamos?
Yo creo que estamos a punto de lograrlo.
Otra
nueva normalidad es el cambio de mentalidad en relación al consumo
de la propia tecnología, pues para muchas empresas ya es necesario
adquirir un software, plataforma o cierta infraestructura que ya está
disponible como una solución on
demand,
lo que les permite tener la flexibilidad necesaria conforme sus
objetivos de negocio, pagando sólo lo que consumen, dando como
resultado una mayor eficiencia en sus costos, garantizando la
continuidad de su negocio, teniendo a la mano la información que
necesitan e incluso aquella generada día con día.
De
acuerdo con las perspectivas de la consultora especializada IDC, para
el 2023 las empresas digitalmente transformadas aportarán el 52%
del PIB nominal global,
ya que seguramente veremos una evolución más profunda en la que se
integrarán y aprovecharán aún más las soluciones tecnológicas
que ya se han adoptado, pues el mundo no se ha detenido: se ha
transformado y debemos estar listos para seguir en esta nueva
realidad en la que estaremos inmersos todos.
Por
Erika Domínguez, Directora de Estrategia y Comunicación de KIO
Networks.
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