A medida que avanza la ‘nueva normalidad’, el desconfinamiento, las nuevas normas de higiene y la reapertura gradual de las actividades económicas impulsan profundos cambios en la sociedad. En esta nueva etapa, las empresas que lograron adaptarse a la pandemia deberán reforzar las prácticas que las llevaron hasta aquí, y mejorar sus estrategias con el fin de aprovechar todo ese aprendizaje para medir sus habilidades de resiliencia.
Durante la primera etapa del confinamiento por COVID-19, los departamentos de Recursos Humanos (RRHH) jugaron un rol trascendental para ayudar a las empresas a adaptarse a este nuevo contexto. Entre las principales funciones que desempeñó esta área destacan tres: coadyuvar para preservar la salud y seguridad de todos los empleados, apoyar a los CEOs en la revisión de planes estratégicos de negocios y adaptar la organización a esquemas de trabajo remoto.
La nueva normalidad también demanda una reestructuración por parte de las empresas, desde la forma de trabajo, hasta su visión empresarial, por lo que el área de RRHH seguirá siendo un departamento vital para concretar estos cambios.
De acuerdo con el estudio Cómo el COVID está cambiando el perfil y la agenda del Director Corporativo de Personas (DCP), el área de Recursos Humanos será clave en la nueva normalidad, ya que será la encargada de “alinear toda la organización hacia un objetivo compartido”, con base en su mentalidad y visión de negocio; gestión del cambio; capacidad ágil de decisión y ejecución; resiliencia y trabajo en equipo.
“El reto de las empresas en la nueva normalidad se resume en aprender de los errores y aciertos del pasado para generar nuevas estrategias que se adapten al entorno, y que además sean tan flexibles que permitan revirar en cualquier momento, ya que nos encontramos en una etapa un tanto incierta, llena de cambios y transformaciones, y la forma en la que los negocios hagan frente a estos cambios determinará su éxito”, señala Andrea Rojas, Head de RRHH en Runa, software de nómina y gestión de Recursos Humanos (RRHH).
El reporte Returning to work in the future of work (Regresar al trabajo en el futuro del trabajo), de Deloitte, afirma que en la nueva normalidad las empresas no deben enfocar sus esfuerzos sólo en el regreso al trabajo, sino desarrollar una estabilidad dinámica, “en lugar de intentar detener una inevitable tormenta de cambio”, por ello sus estrategias deben tener 3 ejes básicos:
- Nuevas formas de organización para el trabajo
- Comprender y aprovechar los avances que lograron durante la crisis
- Trazar un nuevo camino a seguir
Pero, ¿cómo una empresa se puede preparar para lograrlo? De acuerdo con Runa, deben de tomar en cuenta los siguientes puntos:
Esquemas de trabajo flexibles. La pandemia incentivó el trabajo remoto en un primer momento debido a las medidas de distanciamiento social, pero esta nueva forma de trabajo también cambió drásticamente la visión de muchas empresas al respecto. No se trata sólo de hacerlo por necesidad o como un recurso forzado para seguir operando, sino de entender este esquema a cabalidad y sacarle el mayor provecho.
Mantener abiertos estos esquemas de trabajo remoto es darle a la empresa herramientas para mejorar el trabajo colaborativo y agilizar la productividad cuidando la salud del personal.
Algunos puestos de trabajo serán más aptos para realizarse de forma remota que otros; sin embargo, vale la pena que las empresas evalúen qué tanto necesitan una oficina llena de personal, y quiénes pueden seguir haciendo home office.
Implementar herramientas tecnológicas en diversas áreas. La pandemia aceleró la adopción de nuevas herramientas tecnológicas, por lo que la importancia de la digitalización de las empresas fue una de las lecciones principales y que continúan vigentes en la nueva normalidad.
Según el estudio El efecto del COVID-19 en los negocios internacionales, de la firma Gedeth Network, el 87% de las empresas identificaron a la digitalización como la principal oportunidad durante la pandemia, ya que les permitió operar de manera remota. Algunas afirmaron que gracias a la tecnología lograron beneficios como mejorar la relación con clientes, incrementar sus ventas, mejorar su presencia en línea o agilizar trámites y contratación de personal.
Planes de acción ante crisis. Durante la nueva normalidad las empresas deben tener muy claro que el contexto es impredecible; sin embargo, estar preparadas ante cualquier eventualidad podría significar un gran paso de adaptación.
Para ello deben contar con planes de acción ante crisis, los cuales deben contemplar campañas de prevención y promoción de la salud, así como medidas financieras emergentes, cambio en las dinámicas de trabajo, entre otras.
Diseño de ambientes laborales saludables. La salud de los colaboradores es esencial para ser productivo en la nueva normalidad. La pandemia dejó claro que el bienestar físico y emocional es prioridad para la población.
El agotamiento por trabajo, estrés y depresión podrían afectar a los trabajadores de una forma que no se había visto hasta ahora. Estas nuevas demandas profesionales requieren del cuidado y fomento de ambientes de trabajo saludables, en los que la salud del empleado sea lo más importante.
Nuevo paradigma de talento. La nueva normalidad requiere de empresas con líderes capaces de diseñar e implementar soluciones estratégicas, pero que además cuenten con las habilidades tecnológicas necesarias para llevarlas a cabo. Por ello, las contrataciones de la nueva normalidad deben estar enfocadas en buscar talento con dichas características.
La capacitación, promoción y oportunidades de desarrollo dentro de las empresas también serán vitales para mejorar el desempeño de los trabajadores y que éstos alcancen sus objetivos personales, mientras apoyan a la compañía a alcanzar sus metas.
Empresas sociales. La empatía e imagen de las empresas marcará un precedente en la nueva normalidad. Tanto los consumidores como los trabajadores buscan empresas que encaren un “nuevo contrato social”; es decir, que tengan una mayor conexión con su entorno y que su labor tenga un impacto social, ya sea en favor del cuidado del medio ambiente, promoción de la salud o cualquier apoyo de esta índole.
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