por Yesica Flores |
Aprovechar el espacio también es un tema de seguridad; estos consejos básicos te ayudarán a diseñar un lugar de trabajo eficiente, confortable y seguro
Trabajar en un sitio que no te hace sentir seguro es un verdadero motivo de estrés. Por ello, asegurar tanto el bienestar, como la seguridad en el entorno de trabajo es una prioridad para las empresas. Pero mientras que hasta 46% de los espacios en las oficinas son desaprovechados —según un análisis realizado en conjunto por Steelcase y Microsoft—, el balance entre seguridad y diseño también es un reto para las organizaciones.
“La optimización de espacios no sólo es un tema de performance; garantiza que tu oficina es segura y favorece tu capacidad de reacción ante cualquier emergencia”, aseguró Mario Cantón, director de Customer Experience de Steelcase, líder global en innovación e investigación de entornos laborales.
Según el experto, existe una relación innegable entre la seguridad, el bienestar y la satisfacción con el trabajo. Por ese motivo, las empresas deben brindar a las personas todas las herramientas y lugares idóneos para cada tarea, además de asegurarles que, ante cualquier situación, estarán seguros y preparados.
Por su parte, el Health & Safety Bulletin asegura que los beneficios de crear oficinas seguras van desde la prevención de accidentes y reducción de costos por accidentes, hasta una mayor eficiencia, productividad e, incluso, innovación, pues diseñar de manera segura requiere una nueva forma de entender el aprovechamiento de espacios y resolver las necesidades desde una perspectiva diferente.
Con base en esto, diseñadores de Steelcase aseguran que una parte importante de optimizar los metros cuadrados de tu oficina es contemplar las condiciones de seguridad y salud de las actividades diarias, además de tomar en cuenta estos cuatro principios:
Ver la seguridad como una parte de la cultura. Así como la visión y filosofía de una compañía se transmiten en cada rincón, la prevención debe ser un eje de la cultura organizacional. Más allá de crear un programa de emergencias, es vital que todos estén conscientes de la relevancia de tener una oficina a prueba de riesgos y contribuir para lograrlo.
Crear caminos. En el proceso de planeación, es necesario ver la distribución de manera estratégica para lograr flexibilidad y colaboración, sin descuidar la seguridad. Traza la ruta más sencilla hacia las salidas de emergencia y, con base en ella, distribuye a tus equipos. También evita que escritorios, salas u otros elementos de diseños se conviertan en un obstáculo de este recorrido.
Alejarse de las áreas de riesgo. Aunque los ventanales son fuentes de luz natural, planea tus áreas comunes y de trabajo a una distancia prudente, pues son considerados zonas de riesgo. De la misma forma, evita colocar a tus equipos cerca de plafones, barandales u objetos que puedan caerse.
Liberar las zonas seguras. Optimizar no significa cubrir cada metro cuadrado, sino darle un uso específico y práctico a cada zona, eso incluye las áreas seguras durante una emergencia, como columnas, trabes o muros de carga. No coloques elementos de diseño, mobiliario, materiales o equipo, aunque sientas que debes “llenar ese espacio”.
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