by Yesica Flores |
Quienes manejan los sistemas de transporte público de las
grandes metrópolis mundiales están continuamente buscando cualquier ventaja
para mejorar la experiencia de los pasajeros. A menudo, sus esfuerzos tienen
beneficios que van más allá de reducir los tiempos de viaje y aumentar la
capacidad.
Tome el medio ambiente, por ejemplo. Sabemos que un
autobús saca de las calles más de 50 automóviles, un subterráneo puede sacar
casi un millar. Si lo multiplicamos, es una gran ayuda para las ciudades que
tratan de cumplir con los objetivos de emisión.
Solo mirar las cifras de pasajeros resulta increíble. En
los subterráneos de Beijing, París, Londres, Tokio y Nueva York se realizan más de 10,000 millones de
viajes cada año.
La capacidad de mover tanta cantidad de personas tan
rápidamente ha permitido que estas ciudades prosperen, como lo demuestra el
creciente número de visitantes, el aumento de los precios inmobiliarios, y la
calidad de vida mejorada.
Sin embargo, una vez que el sistema de transporte masivo
está en funcionamiento, las autoridades del transporte público se enfrentan a
un nuevo desafío: intentar que las redes funcionen tan eficientemente como sea
posible.
En los últimos años, los pagos sin contacto han sido una
innovación poderosa que ha simplificado la experiencia del pasajero. Ha habido
boletos sin contacto por más de una década, pero la reciente incorporación de
la funcionalidad de tarjeta bancaria y de crédito sin contacto ha llevado esto
al siguiente nivel.
En Londres, desde que estas tarjetas se añadieron a la
red hace 18 meses, se han realizado más de 350
millones de viajes, lo que representa el 28 por ciento de todos los
viajes bajo la modalidad de pago “pay as you go” en subterráneo y tren. Cerca
de 25,000 nuevas tarjetas se utilizan en la red todos los días, y en marzo,
TFL, la autoridad de transporte público de Londres, anunció que había llegado a
los diez millones de tarjetas únicas sin contacto en el sistema. El impacto es
tan impresionante que los autobuses en Londres ya no aceptan dinero en efectivo
ni emiten boletos.
El éxito se replica en todo el mundo, de Chicago a
Johannesburgo, de Kiev a San Petersburgo, y todo se reduce a la simplicidad de
la solución. Los pasajeros solo tienen que usar las tarjetas de pago que
utilizan todos los días, sin necesidad de registrarse ni de llevar un boleto
extra. Además, como cada vez más sistemas de transporte adoptan los pagos
móviles sin contacto, la comodidad es aún mayor.
Además, el enfoque no afecta la experiencia de los
pasajeros existentes, ya que es una forma adicional de pagar las tarifas,
sumada a la de las tarjetas sin contacto habituales (por ejemplo, Oyster).
Con el Internet de las Cosas que está empezando a echar
raíces, bien podríamos ver a los gobiernos, las autoridades de transporte y las
empresas usar los grandes datos y nuevas tecnologías para desarrollar nuevos
métodos de transporte que reduzcan tanto la huella de carbono como la
congestión.
Esperamos que tenga la oportunidad de probar una tarjeta
de pago sin contacto en su próxima visita a una ciudad importante; y si eso
significa que no tenga que tomar un taxi, estará haciendo su parte para ayudar
al planeta.
*Traducción del artículo original
How contactless payments make cities greener Publicado en el sitio web de
Gemalto:http://blog.gemalto.com/blog/2016/04/14/contactless-payments-make-cities-greener/
Nenhum comentário:
Postar um comentário