Por Marc Asturias, director senior de Marketing y Relaciones Públicas en Fortinet
Internet se ha convertido en un aspecto fundamental de nuestra vida cotidiana. Nos conecta con personas de todo el mundo y permite innumerables oportunidades debido a su gran alcance. Por mucho que dependemos de ella, ya sea para buscar soluciones a un problema o enviar tareas escolares o laborales, internet no es un espacio totalmente seguro para que prosperen todos los usuarios. De hecho, a menudo se usa con y para fines maliciosos. Y con una mayor cantidad de usuarios cada año –se conectaron más de 404 millones de usuarios a internet en América Latina y el Caribe en 2017 y más del 60% fueron jóvenes de entre 15 y 24 años– viene una mayor responsabilidad.
Es por eso que es importante alentar a todos los usuarios de internet, especialmente a las generaciones más jóvenes, a sumarse a los esfuerzos de crear un entorno digital seguro que todos puedan disfrutar. Para lograr esto, sin embargo, es necesario un esfuerzo colectivo en crear y reforzar la conciencia entre los usuarios. Conocer las posibles amenazas y riesgos, así como promover un cambio cultural en el uso de internet, también son esenciales para construir una internet más segura.
Con un volumen diario promedio de 1.800 millones de ataques detectados en un trimestre de 2017, ser consciente de las amenazas latentes es ahora más importante que nunca. A medida que se desarrollan más avances tecnológicos, también lo hacen las herramientas de los ciberdelicuentes con el objetivo de robar información sensible del usuario para beneficio personal. Simplemente estar al tanto del panorama de las amenazas puede ayudar a los usuarios a proteger mejor sus datos y defenderse contra las intrusiones.
Implementando una higiene tecnológica en sus rutinas diarias
Estar familiarizado con las prácticas seguras es solo la mitad de la batalla. Implementarlas es lo que realmente puede prevenir filtraciones de datos y otros ataques dirigidos y maliciosos a través del uso de internet. A continuación, se detallan algunas prácticas cotidianas que pueden ayudar a prevenir ataques cibernéticos:
1. Actualización de navegadores, dispositivos y software
Tan molesto como es detener lo que está haciendo para instalar una nueva actualización de software, esos 5–10 minutos que lleva instalarlo le pueden ahorrar horas de trabajo perdido, sin mencionar el estrés de perder datos personales y el tiempo que lleva cancelar todas las tarjetas de crédito y reemplazar documentos personales. Mantener todos los navegadores, dispositivos y software actualizados es esencial para una experiencia de internet saludable.
2. Inspección cuidadosa del correo electrónico
Los archivos adjuntos de correo electrónico continúan siendo uno de los métodos más comunes utilizados para que los usuarios descarguen malware malintencionado sin saberlo. Una regla general es abrir archivos adjuntos de personas que conoce personalmente o de las que ha solicitado información y que parecen ser legítimas.
3. Seguridad de contraseña
En la actualidad, todos sabemos que no debemos usar nuestros apellidos o dígitos de cumpleaños como una contraseña. Sin embargo, tener una contraseña sólida no es suficiente. Cambiar sus contraseñas cada dos meses y usar distintas contribuye en gran medida a la protección de su información personal. Existen administradores de contraseñas cifradas que pueden ayudarlo a mantener todas sus contraseñas en un solo lugar.
Además, habilitar la autenticación de dos factores garantiza que los hackers no puedan acceder fácilmente a su correo electrónico o cuentas bancarias en línea falsificando su contraseña. La autenticación de dos factores requerirá que las personas que intentan acceder proporcionen un código de seguridad enviado al número de teléfono del propietario.
4. Prácticas de consumo en redes sociales
Las redes sociales se han integrado a nuestras vidas y las estadísticas revelan que el uso diario promedio de las redes sociales ha aumentado a 135 minutos por día a escala mundial. Las generaciones más jóvenes se encuentran entre los usuarios más frecuentes y las encuestas revelan que los adolescentes están un promedio de un tercio de sus días utilizando medios sociales. Las prácticas seguras, incluida la limitación de información personal, la implementación de configuraciones de privacidad en juegos y aplicaciones de redes sociales, el filtrado regular de solicitudes de amistad y la vigilancia de la información de tarjetas de crédito en las compras de juegos, contribuyen a un entorno más seguro.
Conectividad expandida
La conectividad ya no se limita a su teléfono o laptop, ahora tenemos autos inteligentes, televisores, sistemas de entretenimiento e incluso sistemas de calefacción y refrigeración controlados por WiFi. En una era hiperconectada, donde se espera que para 2020 todos los hombres, mujeres y niños del planeta tengan 4,3 dispositivos conectados a internet, saber de dónde se está conectando, qué información está compartiendo y con quién está compartiendo esta información contribuye considerablemente en garantizar el uso seguro de internet.
El Internet de las Cosas y la nube han abierto un mundo de posibilidades, pero también uno de riesgos. Aumentar la conciencia entre los usuarios jóvenes de internet y alentar la educación temprana sobre el uso adecuado nunca ha sido más imperativo de lo que es hoy.
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