Las organizaciones tienen vida y una forma de crecer, de adaptarse y de transformarse. Y esta forma que siempre ha sido válida durante la evolución de los últimos años, resulta insuficiente para los retos actuales y futuros.
Durante los últimos diez años las aseguradoras han recorrido un camino complejo que les ha llevado a evolucionar en un entorno cambiante pero aún accesible. Las comunicaciones se han abierto, el usuario ha encontrado en el entorno digital un espacio donde cada vez adquiere más protagonismo y se muestra interesado por una nueva experiencia en la relación con su aseguradora. Mucho más transparente y orientada a la inmediatez en la atención y los servicios transaccionales pudiendo acceder e interactuar con su compañía en todo momento.
Pero la transformación digital encuentra en las nuevas tecnologías disruptivas una palanca exponencial. Los cambios serán aún más rápidos e intensos. Y las organizaciones tienen ante sí el reto más crucial: la velocidad.
En efecto, las compañías tradicionales carecen de la velocidad de cambio que les permita competir de forma adecuada en la llamada economía digital. Una economía en la que no se compite con el tamaño, y sí con la agilidad. Una economía que genera nuevos entornos y nuevas oportunidades de negocio donde algunos actores digitales llevan posicionados muchos años frente a la pasividad de las grandes organizaciones que no están preparadas para un salto cualitativo en un entorno de constante cambio e incertidumbre.
La organización de la economía del valor digital
La característica principal de la economía digital será el valor. La creciente lucha por el aporte de valor en cada una de las infinitas piezas que construyen la oferta de una compañía hacia el mercado se presenta como el reto estratégico para los próximos cinco años, donde se prevé una eclosión del impacto de las tecnologías disruptivas en los diferentes segmentos de mercado de las compañías de seguros. La pregunta es: ¿cómo se construye una organización orientada al valor digital? Hay tres aspectos claves.
El liderazgo digital
En el principio de la revolución digital y a través de las iniciativas bottom-up, el impulso provenía de las bases de la organización y provocaba el cambio hacia la horizontalidad y la difusión descentralizada de la información. Este movimiento logró cambiar muchos modelos organizativos e hizo despertar a muchas compañías que vieron en esos momentos una oportunidad de redefinir sus modelos organizativos y abrir las puertas a entornos de trabajo colaborativos. Pero habida cuenta de las diferentes velocidades de actuación dentro de una misma compañía, cada vez más se exige un modelo complementario de cambio a través del nuevo liderazgo digital. Actualmente, el CEO y la alta dirección deben liderar el cambio hacia el nuevo objetivo del valor. No es posible acometer los grandes retos de los próximos años sin una absoluta dirección inequívoca del cambio. Las compañías necesitan una misión clara en el mundo digital, una misión conocida por la organización, orquestada de forma ordenada y claramente focalizada en la obtención del máximo valor en todos los ámbitos: desde la actividad individual de cada una de las personas del grupo hasta el desarrollo conectado de las actividades de toda la cadena de valor del negocio. No hay cambio ni evolución digital sin un modelo de liderazgo creíble y sostenible alineado con el entorno y el reto de la sociedad digital.
La organización híbrida
Las aseguradoras requieren alta velocidad. Y de forma exponencial. El impacto derivado de la combinación de tecnologías disruptivas (Inteligencia Artificial, Big Data, Realidad Virtual y Aumentada, Internet de las Cosas, Blockchain y robótica) aplicadas en el ámbito interno se muestra como un gran aliado para el incremento de esa necesaria velocidad. Así, las organizaciones de los próximos diez años evolucionarán hacia entidades inteligentes, capaces de tomar decisiones de forma más rápida, más efectiva y más coordinada. Asimismo, se orientarán a impulsar el conocimiento de las personas, incrementando el valor que de forma individual o colectiva se produce en la compañía. La utilización de los modelos de datos organizados hacia un objetivo común, el impulso de la Inteligencia Artificial y la ultra conectividad del entorno y las herramientas de trabajo, darán lugar al verdadero cambio digital, permitiendo la creación y puesta en el mercado de auténticos productos y servicios digitales a la velocidad que el mercado irá demandando. Mucho se ha hablado del cambio cultural, de la transformación cultural dentro del mundo asegurador. Estos términos, válidos hasta hace apenas un año, se han convertido en obstáculos de alta dificultad en el camino de la evolución de las organizaciones, teniendo en cuenta la casuística y el modelo comercial tan extenso de las compañías. Es evidente que siendo un punto capital desde donde impulsar una nueva forma de organizarse, resulta extraordinariamente complejo para un entorno tan intenso y cambiante.
Es hora de redefinir el alcance. Aun siendo un objetivo loable, se deberá mirar más hacia el concepto de mentalidad digital, que abre una ventana al desarrollo personal dentro de un grupo y potencia sus efectos con la adecuada combinación de tecnología avanzada en los entornos de las empresas. Estamos pues ante una oportunidad para evolucionar el valor de las personas hacia los nuevos retos. Tanto las redes de mediación como los propios empleados de las oficinas de las compañías serán los grandes beneficiados en este nuevo modelo. Nace así la organización híbrida que combina el valor del conocimiento, la experiencia y la creatividad de las personas con el impulso de las tecnologías disruptivas para generar un entorno diverso, una inmediata gestión del conocimiento, una comunicación conectada entre todos los agentes, un espacio de trabajo en red avanzado y una gestión altamente inteligente del entorno y de las personas.
La empresa tecnológica
El último elemento clave es la evolución del modelo de empresa. Las empresas digitales nacen tecnológicamente avanzadas respecto a las compañías tradicionales. Si hace unos años la aspiración de las compañías líderes del sector era ser digitales, hoy este reto ha evolucionado hacia uno aún mayor: convertirse en compañías tecnológicas, líderes de la revolución tecnológica o al menos, impulsores de servicios y productos avanzados tecnológicamente. Todo un reto absolutamente necesario para competir a la velocidad requerida por el mercado. Así, asistiremos a una extraordinaria evolución tecnológica de los mercados tradicionales. Muchos de los servicios serán inteligentes, la invasión de la gestión de los datos hará necesario tener una adecuada infraestructura del dato, las operaciones se alinearán con la experiencia del cliente de forma ubicua y la ultra conectividad abrirá la puerta a las compañías multisectoriales preparadas para prestar sus servicios en el ámbito asegurador en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier formato. Generación de valor en cada momento de la cadena. La tormenta perfecta.
Todo esto requiere de una nueva visión tecnológica de las compañías; establecer un modelo transversal donde la presencia de la tecnología conviva con la innovación, las operaciones, la organización y el talento. Es, por tanto, imprescindible que se desarrolle una estrategia de impacto tecnológico, con la adecuada combinación de infraestructuras, sistemas y aplicaciones que permitan acometer los retos del presente desde una amplia perspectiva donde las tecnologías avanzadas den soporte a los bloques estructurales de la organización.
De esta forma, las compañías serán capaces de generar estructuras prácticas y avanzadas de innovación, críticas para ser capaces de lanzar los nuevos servicios digitales que en muchos casos nacerán desde una entidad conectada tecnológicamente avanzada que viva bajo parámetros puramente digitales. Asimismo, lograrán dar soporte a las áreas de la organización que requieran de la implementación de tecnologías inteligentes que impulsen el modelo de organización híbrida y por último, serán capaces de lograr avances exponenciales en el modelo operativo ágil para generar un servicio y experiencia relevante al cliente.
Bienvenidos al nuevo modelo de organización híbrida, tecnológica y ágil.
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