Al menos el 55% de los mexicanos pide créditos para pagar deudas y cubrir necesidades económicas básicas, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Por otro lado, durante la época navideña y de fin de año, hasta el 80% de los adultos pierde el control de sus ingresos del mes y extras, como aguinaldo y bonos, por no contar con un plan presupuestal al momento de gastar, de acuerdo a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
“Una vez que pasan las ventas del Buen Fin, las ofertas pre navideñas y la compra de regalos, muchas personas empiezan diciembre con deudas adicionales a las que ya venían pagando, lo que complica más el arranque del año venidero”, advierte Sebastián Medrano, director de Coru.com
“Lo más difícil es la falta de liquidez para cumplir los gastos del diario, lo que hace incurrir en más endeudamiento y estrés financiero. Una buena recomendación al cerrar el año es finiquitar de menos las deudas más urgentes, antiguas y/o caras que estemos pagando antes de comenzar enero”, añade.
Uno de los principales endeudamientos de los mexicanos surge a partir de atrasos o una mala administración de las tarjetas de crédito. Al tratarse de créditos revolventes, si no se paga la totalidad del adeudo cada mes, el crédito se mantiene pero los intereses aumentan la deuda hasta ser incluso mayor al capital.
Para aquellas personas que están llegando a un nivel insostenible de deudas, la plataforma de servicios financieros Coru.com presenta alguna alternativas que ayudan a acelerar el pago de éstas. Hay que considerar que, aunque estas opciones no “limpian” los antecedentes crediticios, en caso de clientes morosos, sí son una opción mucho más viable que dejar de pagar y afectar a largo plazo el historial.
- Reestructuración de deuda. Por medio de ésta se busca negociar las condiciones del crédito, o sea, el plazo o las tasas de interés, de manera que quede más favorable al cliente. Con la reestructuración también puede obtenerse la opción de pagos fijos. Ésta es la forma más recomendada para liquidar una deuda, debido a que puede servir para mantener una buena calificación en tu historial crediticio. Gracias a la reestructuración se puede alargar el plazo para así disminuir el pago mensual, pero con una mayor tasa de interés, o bien, acortar el plazo disminuyendo la tasa de interés, aunque aumentando el pago mensual.
Importante: hay que tomar en cuenta las prioridades reales, como preferir tener pagos cómodos a un mayor costo o pagos mayores a cambio de una deuda menos cara. Esta elección de pago debe solicitarse en los primeros meses de endeudamiento, pues deja de ser una opción para los bancos si ya se lleva cinco meses o más con la falta de pago.
- Consolidación de la deuda. Aquí se agrupan todas tus deudas en una sola: el banco ofrece traspasar el saldo de varias tarjetas de crédito a un único plástico. Para que esto resulte realmente beneficioso, se tiene que hacer con aquella la institución financiera que ofrezca el CAT y la tasa de interés más bajos.
Hay que revisar cuál de los bancos con los que se tiene una tarjeta acepta esta opción. Una de sus grandes ventajas es que las otras tarjetas quedan liquidadas y canceladas, por lo que solamente tendrás que lidiar con las comisiones anuales de una sola tarjeta. Es importante considerar que con esta opción de pago puede aumentar el monto mensual a cubrir cada mes, así que probablemente no es la opción más favorable para el deudor. Algunos expertos incluso recomiendan que es mejor tener varias deudas pequeñas e ir liquidándolas una a una, sin embargo, para muchas personas esto resulta más confuso y pesado que juntar todas en una. Además, esta opción de pago sí deja huella en el historial crediticio, lo que puede ser contraproducente en un futuro.
- Se trata de negociar una reducción de la deuda con el banco. El deudor busca llegar a un acuerdo con el que la institución financiera le descuente un porcentaje de la deuda. No obstante, es una de las alternativas menos recomendadas debido a las consecuencias que deja reflejadas en el buró de crédito. Para que el banco esté dispuesto a negociar una quita, se debe ver reflejada una falta de pago total por muchos meses seguidos. De esta manera se le está demostrando al banco que en efecto no hay manera de solventar la deuda actual. Si se recurre a esta opción, la marca que queda en el historial crediticio impedirá que en un futuro se pueda solicitar otro crédito. Se recomienda hacer uso de este recurso únicamente cuando todas las opciones se han agotado.
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