El streaming ya es una enorme fuente de ingresos y un reflejo de la era de la digitalización.
En la actualidad es muy normal que respiremos internet; nuestros trabajos, el ocio, y hasta nuestras cuentas bancarias se basan en funciones relacionadas con la web. El streaming vino a revolucionar la forma en la que consumimos productos culturales y las plataformas que dan este servicio ya se encuentran en los videojuegos, la música y hasta en la educación.
La inminente popularidad del streaming ha convertido a los hogares en centros multimedia y modificó la dinámica de mercado; las empresas relacionadas al entretenimiento y las telecomunicaciones saben que, de no acondicionarse a las tendencias, estarán destinadas a desaparecer.
El rey del escenario sin duda es Netflix, quien en muy poco tiempo acaparó las miradas de todos los que están en busca de contenido audiovisual. Actualmente en Estados Unidos la cobertura ya supera la del cable básico y si añadimos otros competidores como HBO Go o Amazon Prime Video, la señal tradicional de televisión podría ver reducida su audiencia. Por ejemplo, la publicidad tomó sus maletas para mudarse al internet ya que las audiencias dejaron bien claro que no pararán de estar en los ecosistemas digitales, lo que convirtió a los espacios televisivos en nichos poco rentables.
La inclinación hacia lo virtual se atribuye a que gracias al streaming los espectadores deciden qué ver, en qué horario y con qué frecuencia. Sobre todo lo que más agradecen es que pueden regular la recepción de anuncios publicitarios. La industria manufacturera de televisores también se vio afectada, pues el no incluir entre los sistemas operativos de sus productos un acceso directo e instantáneo a las plataformas de transmisión en vivo es prácticamente una sentencia de muerte.
Las instituciones académicas y los órganos gubernamentales aprovecharon el streaming para difundir sus materiales como sesiones, conferencias, asambleas y congresos. La interacción aumentó pues ahora el público puede comentar de manera directa y en tiempo real, y ellos tienen la opción de contestarles sin necesidad de otros intermediarios.
El negocio de las plataformas web sin duda cambió por completo la forma de emplear nuestro tiempo. Para las grandes firmas eso no ha pasado desapercibido y siguen elaborando estrategias acorde a ello, desembolsando cantidades de dinero para tener un espacio entre las plataformas con más demanda.
El mundo de los casinos online también forma parte de la esfera del entretenimiento. Al respecto, Eduardo Peláez, gerente de producto de Strendus, plataforma de entretenimiento y juegos de azar en línea, comenta que en Strendus una de las principales misiones es la de proporcionar entretenimiento, y para poder seguir evolucionando en esta rama han decidido abrir su propio servicio de streaming gratuito. Este servicio estará enfocado en los eventos deportivos y la intención es que el sitio sea una plataforma multifuncional donde los usuarios puedan disfrutar de sus deportes favoritos, y divertirse mientras apuestan por los resultados.
“Queremos que todos tengan la oportunidad de disfrutar este servicio que sólo nosotros brindaremos de manera gratuita en toda la República Mexicana, porque más que ser un canal de transmisiones en vivo se volverá un elemento fundamental del entretenimiento online en todo el país. Nuestro streaming permite seleccionar de forma automática o manual la calidad del video, lo que ayuda a tener una visualización del evento acorde con la velocidad del internet o los datos que se usen en el dispositivo. Esto asegurará una transmisión estable y una mejor experiencia”, afirma Eduardo Peláez.
El streaming es el lenguaje del futuro en el entretenimiento. Strendus como la plataforma en línea más segura, confiable y divertida del mercado, está consciente del hecho y por eso dio un paso que nadie había dado al ofrecer un regalo cargado con la misma intensidad que emanan todos los deportes. Un obsequio que seguro agradecerán todos los fanáticos de las apuestas deportivas pues descubrirán el tipo de adrenalina que sí necesitan.
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