El pasado 25 de noviembre se cumplieron los primeros seis meses de que en México se empezó a aplicar el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés), creado por la Unión Europea para garantizar la privacidad y protección de datos personales de los ciudadanos de sus estados miembros, recopilados por cualquier organismo a nivel mundial que transaccione con ellos, a través de disposiciones en torno a la captación, almacenamiento, tratamiento y manejo de la información.
Para estas fechas, las organizaciones implicadas deberían haber adoptado y optimizado ya sus procesos relacionados con gobernabilidad, privacidad, gestión y seguridad de información, entre otros. Con todo, la mayoría de ellas aún no pueden afirmar que son capaces de garantizar la seguridad y manejo oportuno de todos los datos personales que recopilan y procesan.
Aunque las multas de GDPR ya afectan a los negocios, 451 Research[1] destaca que sólo 26% están muy preocupados por la iniciativa, mientras que 51% están sólo un poco preocupadas o no saben al respecto. No es casual que el complejo entorno regulatorio sea una de las tendencias de seguridad y gestión de riesgos de Gartner[2] para 2018, pues el aumento de las filtraciones de datos impulsa este tipo de decretos.
Esto puede verse como un riesgo, pero también como una nueva ventana de oportunidades. Además de los potenciales impactos que implica el no alinearse a GDPR, hay importantes ventajas que las organizaciones podrían estar dejando pasar. Tanto Gartner como 451 Research opinan que un programa como éste puede ser un habilitador y diferenciador del negocio: con el enfoque correcto, se conforma un nuevo entorno cuyos alcances superan, por mucho, el cumplimiento. He aquí los principales beneficios:
Flujo continuo de datos = agilidad y ahorros
Seguir las reglas de GDPR implica reducir las posibilidades de sufrir brechas de protección y disponibilidad de los datos. Al contar con procesos más eficientes y seguros, se previenen retrasos y se evitan costos innecesarios. En 2017, estas brechas costaron globalmente $21.8 millones de dólares a las empresas, lo que representa un aumento de más de 36% con respecto a la cifra de 2016 ($16 millones), según Veeam[3].
Mejor control y visibilidad de los datos = mayor valor
En esta era en que los datos están dispersos en diferentes nubes y sistemas, es imprescindible contar con un alto nivel de control y visibilidad, para conocer dónde residen y la seguridad con que se mueven por la infraestructura interna y externa. Esto no sólo se alinea con GDPR, sino que además aumenta el valor de la información del negocio al facilitarle la implementación de una Gestión Inteligente de Datos, la cual es vital para estrategias como análisis predictivo, Big Data e inteligencia artificial, entre otras.
Garantía de privacidad = pase directo a la era de la transparencia
La transparencia es un valor sumamente preciado en el actual mundo de la hiper conectividad, en el que la hiper dispersión de los datos representa un reto para las organizaciones. No hay duda de que la cultura de respeto a la privacidad y la infraestructura de gobernabilidad que GDPR impulsa facilitan la entrada de las empresas a la era de la transparencia.
Óptima confiabilidad de clientes y socios = más negocio
Las empresas que garantizan la seguridad, protección y buen manejo de los datos a través de un entorno de hiper disponibilidad, son vistas como organizaciones altamente confiables con las que no hay peligro de compartir la información personal que sea necesaria, lo que redunda en una mejor reputación y mayores ingresos: De acuerdo con Capgemini[4], el 39% de los consumidores que confían en una empresa para darle sus datos le comprarían más productos y servicios, invirtiendo hasta 24% más.
Es un hecho que, ante la enorme competitividad con que se manejan actualmente los negocios, los enumerados arriba son valores trascendentales para toda organización, más allá de cumplir con GDPR.
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